HONRA A TU PADRA Y A TU MADRE
Cuando Jesús habla del cuarto mandamiento, claramente se refiere al comportamiento de los hijos adultos para con sus padres (Mc 7,9-13: ni trampas religiosas, n i codicias, egoísmos y comodidades mundanas justificaran nunca el no ayudar a los padres, despreciarlos, abandonarlos a su suerte, a su soledad, aunque sea “paga”)
De ningún modo, pues, va dirigido este mandamiento a los súbditos para que obedezcan a las autoridades, si no a los hijos adultos, para que no arrinconen a sus “padres” ancianos, sobre todo si son pobres, débiles, enfermos.
Por eso se dice “honrar” El mandamiento no dice “amar”. Honrar significa “tener en cuenta”, en consideración, respetar. Si por lo que sea, frecuentemente por culpa de los mismos padres, falta en el corazón del hijo el amor, que no se puede “mandar”, lo que debe existir siempre es el respeto, la ayuda en la necesidad.
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